(2º Reyes 18:5-7)
5“En Jehová, Dios de Israel, puso su esperanza. Entre todos los reyes de Judá, no hubo otro como él antes ni después, 6 pues siguió a Jehová y no se apartó de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió a Moisés. 7 Jehová estaba con él y a donde quiera que iba, Ezequías prosperaba”.
El ser humano no es perfecto; sin embargo, el rey Ezequías puso su corazón y su esperanza en el Señor. ¡Nada más! Debido a ello, Dios lo prosperó en cuanta cosa él tuvo en mente. No sólo lo bendijo a él, también bendijo al pueblo que gobernaba, el reino de Judá. En la actualidad, Dios puede hacer lo mismo, pero necesitamos tomar el ejemplo de este rey, poner nuestra esperanza en Dios antes que en otras cosas o en otras personas.
Ezequías fue bendecido y no sólo él, también su pueblo. Pongamos nuestra confianza en el Señor, creamos a sus promesas, leamos su Biblia todos los días y acerquémonos en oración y verás con tus propios ojos como eres bendecido. También, fue invadido por el poderoso Imperio Asirio que había tomado toda Palestina, desde el gran río Éufrates hasta las fronteras de Egipto.
A pesar de la pequeñez del Reino de Judá, como puede ver en el mapa, fue el único reino que no cayó en manos de este invasor, ya que Ezequías confió en el Señor. Tuvo miedo, pero su confianza, a pesar de ello, estaba en el Dios Eterno. Como ser humano le costó, como a nosotros hoy día, confiar, pero lo hizo.
El invasor fue humillado delante de Ezequías y del pueblo.
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