“… Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira”. (Juan 8:44)
Satanás es un ser que existe, aunque se ha escondido tan bien, que muchos ya no creen que en verdad exista. Es la esencia de la maldad. Cuando fue creado, era considerado el “sello de la perfección” acabado en hermosura. No había otro ser tan hermoso como él. (Ezequiel 28:12 en adelante) hasta que se le halló maldad.
En la actualidad, él se ha encargado de llevar a la humanidad al colapso, a la destrucción. Ha sido el encargado destruir a millones de personas a lo largo de la historia. La Biblia expresa que Jesucristo tiene la autoridad sobre el diablo y sus emisarios de maldad. La autoridad de Jesucristo no es horizontal, como una especie de competencia entre Jesús y el diablo. La autoridad del Señor Jesús es vertical. Jesús tiene potestad en el cielo y en la tierra (Mateo 28:18) El diablo no tiene autoridad ni poder en la vida de los que han creído en el Señor Jesucristo como su Señor y Salvador de su vida.
Si es así, entonces ¿por qué la maldad de Satanás tiene una gran influencia negativa en el mundo y en la vida de los mismos cristianos? Se resume en una palabra: la Mentira. Satanás es un enemigo vencido, vencido por Jesucristo cuando murió y resucitó tres días después. Cuando resucitó, Jesús quitó todo poder al diablo y sus secuaces (Colosenses 2:15). Pero, si él puede engañarle, haciéndole creer que tiene más autoridad y poder que Jesús, usted vivirá como que si fuera cierto. Si ha creído en Jesucristo como su Señor, usted es hijo de Dios (Juan 1:12). Usted tiene derechos, usted tiene autoridad (Lucas 10:17).
Dios le ha dado a usted poder, le ha dado talentos, le ha dado fuerzas, le ha abierto un universo infinito de posibilidades; pero si no lo cree y ejerce, es como si no la tuviera. Dios quiere lo mejor para usted; pero debe creerle a Él, a su Palabra antes que a cualquier mentira podrida del diablo. El diablo querrá hacerle sentir mal, hacerlo perder la fe y los ánimos, destruir sus talentos y su potencial; pero recuerde, usted es un hijo/a del Señor. Debe creerlo, de lo contrario, Satanás buscará destruir su vida en todas sus áreas. ¡Ánimo! Dios está con usted, nada es imposible para los que creen en su Nombre (Marcos 9:23)
Fuente: “Rompiendo las cadenas” Dr. Neil Anderson, Editorial Unilit,, 1997.
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